El pasado 14 de Mayo, Enrique Martín, Socio Director de Ibidem Abogados, impartió una conferencia en la Jornada “Cómo proteger la innovación. El uso de la propiedad industrial como herramienta de posicionamiento empresarial” organizada dentro del marco del programa UA: EMPRENDE por la Universidad de Alicante y el Parque Científico de Alicante.
Ante el auditorio, formado principalmente por emprendedores, empresas, investigadores, estudiantes de doctorado y egresados universitarios, Enrique Martín desgranó 10 principios básicos para convertir las patentes en drivers de éxito empresarial.
1º: INNOVAR NO ES DESCUBRIR:
Un descubrimiento equivale a darse cuenta de algo que era desconocido o estaba oculto para todos, pero que existía o estaba. Por ejemplo: advertir la existencia de una cosa (como una variedad de insectos) o las propiedades ignoradas de ciertos materiales (como las propiedades terapéuticas de las hierbas).
En cambio, las invenciones crean cosas nuevas, que antes no estaban ni existían, inmediatamente aplicables a la industria o al comercio, como lo es por ejemplo una máquina o un producto industrial.
Un descubrimiento puede dar lugar a una patente, si hay valor añadido – si hay una transformación del input de la naturaleza.
En caso contrario, su forma de protección será el derecho de autor: será una tesis, no una patente.
2º.- EVITAR ERRORES DE BULTO:
Hay que evitar desde el principio los dos grandes errores: divulgar la patente antes de la solicitud de su registro y no poner blanco sobre negro la cuestión de la propiedad antes de comenzar el proceso en innovaciones colectivas o con participación de terceros (patentes por encargo).
3º.- ES IMPOSIBLE LA INNOVACIÓN SIN PROPÓSITO REALISTA.
Hay muchas formas de competencia: se compite por precio o por diferenciación (a través de la marca, el diseño o la tecnología patentable). La empresa debe haber decido que su paradigma de competencia es la innovación y no otro.
Además, debe saber hacia dónde desea dirigir la innovación y su objetivo debe ser realista en atención a los recursos y capacidades con los que cuenta.
Cuando una nave llega a puerto es siempre porque ha zarpado primero (tuvo la iniciativa, el propósito), porque flota (tiene capacidad y recursos – aquí también financieros – para conseguir sus objetivos) y, finalmente, porque sabe a dónde se dirige (tiene en mente un destino).
Puedes equivocarte, como Colón, pero cuantas más reglas respetes de las citadas, tanto mejor.
4º.- LA INFORMACIÓN ES LA MEJOR INVERSIÓN:
Hay mucha gente que patenta la rueda.
Hay otra mucha que desarrolla innovaciones ya patentadas por otros.
Todo ello dilapida inversiones, provoca enormes costes de oportunidad y genera cuantiosos gastos e indemnizaciones judiciales.
Por ello, es importante solicitar informes tecnológicos previos, para orientar la I+D+i hacia océanos azules. Cuando se detectan patentes de los competidores, es importante solicitar NIOs (Non Infringment Opinion) y/o FTOs (Freedom to Operate).
5º.- LA INNOVACIÓN NO ES FRUTO DE LA IMPROVISACIÓN:
No es una actividad informal. Es, por el contrario, el resultado de la planificación de la creatividad, de la improvisación “planificada”.
Exige: dotar recursos, establecer objetivos realistas, hacer seguimiento de hitos del proyecto y crear un marco regulado en el que pueda fluir ordenadamente la creatividad de los equipos de investigación.
Dentro de esta planificación hay que incluir la protección de las innovaciones a lo largo del proceso, alineando los sucesivos hitos del proyecto con las correspondientes acciones legales.
De otro modo, se corre el riesgo de patentar muy pronto o muy tarde.
6º.- INNOVAN LOS HOMBRES:
Se atiende mucho al aspecto objetivo de la protección de la innovación: el documento de patente. Se atiende poco al aspecto subjetivo: los inventores.
Hay que cuidar la gestión de los RRHH y el marco contractual de los trabajadores inventores para garantizar la propiedad empresarial de sus invenciones (pactos laborales de permanencia, exclusividad, no competencia, cesión de derechos, etc.)
7º.- LA FÓRMULA DEL ÉXITO DE LA INNOVACIÓN ES MK+P.
Thomas Edison dijo: “No quiero inventar nada que no pueda venderse”. Una innovación sin mercado no vale nada. Por eso, el marketing es primero.
Una vacuna que un investigador regala a la humanidad produce evidentes beneficios sociales, pero carece de sentido en un contexto empresarial.
Las patentes sólo tienen sentido si se alinean con la estrategia empresarial de innovación. Las patentes permiten sostener ventajas competitivas en el tiempo y establecer barreras de entrada a los competidores, garantizando el retorno de la inversión.
Ojo: puede que la estrategia empresarial NO EXIJA PATENTAR, sino todo lo contrario, porque se desea convertir una determinada innovación en estándar o dominio público, cuando se tiene capacidad de ser operador dominante.
8º.- CALLAR Y HABLAR.
Guardar una obligación en secreto obliga a callar. Patentar, por el contrario, obliga a hablar: la patente debe ser descrita, publicada y estará accesible para los competidores.
A cambio, si el secreto es revelado, su titular sólo tiene acciones frente a actos desleales o delitos. Por el contrario, el titular de una patente es protegido siempre mediante acciones civiles y penales.
No hay un verdadero conflicto entre mantener en secreto o divulgar bajo el derecho exclusivo de patentes una invención: son dos herramientas igualmente válidas para rentabilizar la innovación y debe escogerse entre ellas en función de la naturaleza de la invención.
El know how puede ser más valioso que las propias patentes. Hay que implantar medidas – técnicas y legales – para proteger la información confidencial con valor económico.
Por otro lado, incluso una patente debe equilibrar la información revelada y no revelada. El sistema de patentes obliga a describir la invención de una manera suficiente para que un experto en la materia pueda comprenderla y eventualmente aplicarla. Sin embargo, ello no significa que debamos dar al competidor toda la información técnica precisa para copiar inmediatamente nuestro invento. Que se lo curre.
9º.- LA GUERRA POR OTROS MEDIOS
No todo es idílico. Las patentes pueden tener relación con la innovación o no. A veces sólo son medios de competencia y abuso.
Abundan las grandes multinacionales que – como ejércitos invasores – utilizan las patentes como armas de destrucción masiva de competidores (pequeños), consagrando una asimetría que hace imposible la libre competencia:
También existen los bandoleros o “patent trolls” que sólo patentan para chantajear a las empresas.
Una patente es muy valiosa cuando protege una invención genuina.
Pero incluso cuando ello es dudoso, sirve como para disuadir a los competidores, como estrategia publicitaria y para incrementar el valor de las compañías en las due diligence.
10º.- GO GLOBAL, PATENT GLOBAL:
Si vas a patentar, recuerda que una patente española no vale nada en un mercado global.
Por ello, es necesario que la planificación financiera de la inversión en propiedad industrial sea a medio plazo e incluya la solicitud de patentes internacionales.
Enrique Martín
Socio Director Ibidem Law&Strategy
emartin@ibidem.es