Metaverso, NFT y los sectores del arte y de la moda… ¿Qué está pasando?

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Metaverso

El concepto de Metaverso está de rabiosa actualidad, sobre todo con el reciente anuncio de Facebook de que cambiará su nombre a Meta. En palabras del propio Mark Zuckerberg, el Metaverso es el lugar en el que todas las personas pueden encontrarse, trabajar y jugar. La palabra Metaverso fue acuñada por el escritor de libros de ciencia ficción Neal Stephenson en Snow Crash en 1992, que describía como una especie de realidad virtual (una enorme esfera negra) que se podía compartir a través de internet y donde uno podía actuar en tres dimensiones a través de un avatar.

Así que con el término Metaverso normalmente se hace referencia a entornos virtuales compartidos, a los que se puede acceder por medio de internet y en los que actúas a través de un avatar en 3D. Una especie de universo paralelo en el que el individuo se relaciona con los demás a través de su avatar, pero con una experiencia mucho más inmersiva y absorbente respecto a la de Second-Life, por ejemplo, que es un mundo virtual electrónico digital en línea que vio la luz el 23 de junio de 2003 de mano de la empresa americana Linden Lab a raíz de una idea de su fundador, el físico Philip Rosedale.

Hasta hoy, la forma de interactuar en línea consistía en conectarse a las páginas web o a las redes sociales o aplicaciones, pero con el Metaverso habría una interacción multidimensional: los usuarios se sumergirían en los contenidos digitales y no se limitarían solo a verlos.

NFC

El mundo virtual del Metaverso está vinculado a la blockchain y cualquier elemento digital que se cree en su interior se considera un NFT («Non-fungible token»), que puede ser creado, adquirido e intercambiado (un mercado digital en toda regla).

Un NFT es un token no fungible, que mantiene su identidad única gracias a una serie de ecuaciones matemáticas que se basan en la tecnología blockchain. Un NFT incorpora un activo inmaterial, representado a todos los efectos por un certificado de titularidad que se puede comprar y vender. Al ser un certificado de titularidad, un NFT se puede intercambiar manualmente y a través de smart contract o contrato inteligente.

Sectores más interesados en la actualidad

En teoría, sería posible transformar en NFT cualquier tipo de dato, de forma que cada vez se utiliza más como token de exclusividad o identificación. Actualmente, los NFT están teniendo éxito especialmente en los sectores del arte, de la moda, de los videojuegos, de la música, de los nombres de dominio, de los datos personales e, incluso, en el fútbol.

Un ejemplo pionero es la venta que el fundador de Twitter ha hecho de su primer tuit transformado en un NFT. Básicamente, la operación consistió en crear un activo inmaterial (el tuit transformado en un NFT, precisamente) de forma que se convirtió en un sujeto con valoración económica propia, representado por un certificado de titularidad que puede ser objeto de intercambio (compra y venta).

¿Qué está pasando en el sector del arte?

También en el mundo del arte (criptoarte) se está haciendo un uso importante, probablemente (también y sobre todo) con fines especulativos. Un buen ejemplo de ello es la obra de Beeple (el artista Mike Winkelmann) que el año pasado se vendió por 69 millones de dólares. Una obra no tangible al estilo tradicional, sino en formato NFT y que consiste en un collage de las cinco mil obras que Beeple había ido creando en otros tantos días. El hecho de que este artista hasta ese momento hubiera vendido bastante poco y a unos cien euros por obra da que pensar que esta operación podía ser meramente especulativa para impulsar el criptoarte y la criptomoneda.

Por otra parte, la empresa de blockchain Injective Protocol compró una obra del artista urbano Banksy, la convirtió en NFT y después la destruyó. Al desvincular la obra de Banksy de su identidad física, esta se convirtió en algo inmaterial e irreproducible y su valor económico aumentó enormemente. Y esto es así porque un usuario puede transferir un objeto a otro usuario en forma de NFT y el propietario de un NFT no puede replicar el objeto.

¿Qué pasa en el sector de la moda?

También el mundo de la moda está mostrando interés por este creciente fenómeno. La casa de moda Dolce & Gabbana sacó hace poco una colección compuesta por nueve prendas de ropa NFT, a la que llamó «Collezione Genesi» (Colección Génesis).

Precisamente por este reciente interés, en el sector de la moda el uso de NFT está generando grandes debates y hasta litigios judiciales. Por ejemplo, Hermès consideraba que se habían infringido sus derechos exclusivos de propiedad industrial e intelectual y acudió a los tribunales en EE. UU. para denunciar la colección de 100 Metabirkins NFT, consistente en 100 imágenes que representaban su famoso bolso Birkin. El primero se vendió el pasado 3 de diciembre de 2021 por 42 000 dólares. Hermès sostiene que Mason Rothschild, el autor de los 100 Metabirkins, es «un especulador digital que intenta enriquecerse rápidamente apropiándose de la marca Metabirkins y usándola para crear, comercializar, vender y facilitar el intercambio de recursos digitales conocidos como token no fungibles» que, básicamente, «rompe el nombre de la famosa marca BIRKIN de Hermès añadiendo el prefijo genérico meta» para «mundos virtuales y economías en las que se pueden vender e intercambiar recursos digitales como los NFT».

Hermès sostiene, en resumen, que el uso por parte de Rothschild de Metabirkins NFT es una infracción de los derechos exclusivos de propiedad de sus marcas registradas. Por su parte, Rothschild (o mejor dicho, sus abogados) sostiene que el uso que ha hecho de los Metabirkins NFT es un fair use o uso legítimo amparado por la «Primera Enmienda (que) me da todo el derecho de crear arte basándome en mis interpretaciones del mundo que me rodea». Este argumento recuerda al caso de la célebre obra «Campbell’s Soup Cans» (también conocida como 32 Campbell’s Soup Cans), una obra de arte que realizó en 1962 Andy Warhol y que consiste en treinta y dos lienzos, de pintura de polímero sintético, que representan las latas de sopa que se vendían en la época de la conocida marca Campbell.

Respecto a los derechos sobre las marcas registradas de Hermès, el tribunal conocedor del caso deberá valorar la aplicación y prevalencia entre el derecho sobre las marcas registradas de Hermès y los derechos de autor, o mejor dicho, la libertad de realizar una obra (¿de arte?) digital o inmaterial utilizando elementos del mundo real que son objeto de derechos exclusivos de propiedad industrial pertenecientes a terceros. En cuanto a la protección de las marcas registradas, habrá que comprobar cuál es el ámbito y cuáles son los límites de los usos lícitos por parte de un tercero de una marca registrada (y, en este caso, también renombrada). Habrá que valorar, en concreto, si los derechos exclusivos de propiedad industrial sobre las marcas registradas de Hermès son aplicables también a las imágenes de bolsos virtuales, o mejor dicho, a la oferta y a la venta de códigos (que representan los certificados de titularidad) que van vinculados a las imágenes de los bolsos (NFT). Habrá que valorar si es legítima o no la hipotética explotación por parte del autor de los NFT del carácter renombrado de la marca Birkin, que Hermès deberá obviamente demostrar. Habrá que valorar el riesgo de confusión y de asociación entre los Metabirkins y los bolsos en formato físico de los Birkin “reales” de Hermès, así como el riesgo de dilución que se produce cada vez que un tercero utiliza una marca «famosa» de forma que compromete su distintividad o menoscaba su reputación.

Sin salir del sector de la moda, el lanzamiento de StockX Vault, que se dispone a poner a la venta imágenes de zapatillas NFT con formas y características estéticas que recuerdan a algunos modelos de Nike no le ha gustado nada a esta marca, que ha adoptado rápidamente medidas legales para impedirlo. Además, con la adquisición de RTFKT Studios, parece que Nike tiene la intención de lanzar en breve sus propios productos NFT, una iniciativa que solaparía con la de StockX.

Lo que hoy sabemos es que habrá nuevas iniciativas, también en otros sectores, que darán lugar a nuevas oportunidades de negocio, pero también a nuevos casos de conflicto entre el mundo real, el Metaverso y NFT. Seguro que asistimos a grandes desafíos, ¡y aquí estaremos para contarlos!

Milán – Massimiliano Caforio

Ibidem-Italian Desk

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